Hideo Kojima, 24 de agosto de 1963, Setagaya, Tokio. Japón.

“No te duermas porque no ha terminado la película”.

Eso decían los padres en casa a sus tres hijos cada noche que se sentaban a ver una trama, y en la que estaba prohibido retirarse antes de que ésta terminara.

Hideo Kojima no quiso abandonar su pasión, que era el perseguir una carrera en el ámbito de la cinematografía, arte o ilustración, cuando en los ochentas en su país era más favorecido tener un ingreso estable sobre la creatividad.

No dejó de enviar sus historietas a diferentes revistas al estar estudiando economía, pese a que la mayoría de estas siempre fueron rechazadas.

No le afectó el menosprecio sufrido al ingresar como diseñador en Konami MSX en 1986, por no tener experiencia alguna en programación.

“No le pongas tanto empeño”, “piénsalo bien”, “de eso no se puede vivir”, eran los comentarios que escuchaba de amigos y colegas al comenzar a diseñar videojuegos cuando ésta no era una industria.

No se mantuvo en su zona de confort, pese a vender más de treinta millones de videojuegos de la serie Metal Gear, trabajando con Kojima Productions y hoy ser un icono en el medio.

No se ha detenido a pesar del relanzamiento de Death Stranding Directors Cutque hoy se posiciona en el top del contenido en PS5.

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